En el primer párrafo Campaña señala: “En la historia del arte chileno los paisajes abundan, este es un género que, indiscutiblemente, ha ocupado un lugar de privilegio a partir del siglo XIX. Es posible constatar que las peculiaridades de nuestra geografía local –por ello se entiende obviamente mar y cordillera– han sido una fuerte motivación para diversos creadores. Ya sean locales o extranjeros, los pintores se han sentido fuertemente atraídos por el imponente escenario andino, por un océano inmenso que nada tiene de pacífico, por los valles y, en menor medida, por el desierto. Dado que la mayoría de nuestros artistas han completado su formación plástica en el extranjero, o, han estudiado en Chile los maestros europeos, su manera de abordar los escenarios naturales, por lo general, esta imbuida por el conocimiento de lo realizado en otras épocas y culturas. Conviene por tanto comentar, aunque sea brevemente, el desarrollo del género”.